Mario E. Fumero
En el libro de Apocalipsis 2:5 le dice Jesucristo a la iglesia a través del apóstol Juan; “recuerda por lo tanto, de donde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a tí, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido”. Esta expresión es una amonestación a una iglesia que se ha apartado de los principios fundamentales de la Palabra de Dios, siendo arrastradas y absorbida por el mundo.
En los albores de la década del 60, la iglesia evangélica hondureña gozaba de un testimonio intachable, porque en aquel entonces para ser cristiano evangélico había que sufrir los desprecios y el rechazo de una sociedad religiosamente radicalizada en el catolicismo romano. Cuando una persona aceptaba a Jesucristo, era despreciado por sus propios parientes, y los amigos se burlaban de él haciendo escarnio de su fe llamándole “protestante”. Recuerdo bien que cuando fui a predicar por primera vez a la Libertad, Comayagua, y llegamos al parque central, mientras proclamamos la Palabra de Dios, fuimos atacados por un grupo de fanáticos que nos tiraron bolsas de orines, polvo de malation y piedras. Recuerdo el hecho de un joven en Comayagua, el cual al aceptar a Cristo Jesús como su Salvador personal, fue echado de su casa, llegando a la misión a pedirnos ayuda. Los evangélicos que en esta etapa histórica sufrían las consecuencias de vivir comprometidos con el evangelio daban buen testimonio.
Los tiempos han cambiado, ser evangélico en la actualidad es una moda. Muchos asisten a las iglesias no porque han tenido una experiencia profunda con Jesucristo, sino porque buscan en la misma el mensaje de oferta barata que hoy se proclama. Las barreras que separaban a la iglesia del mundo se han derrumbado. Hemos mezclado el reino de Dios, con el reino de este mundo y es por ello que muchos cristiano sirven a dos Señores (Mateo 6:24).
Recientemente publique un artículo sobre la indiferencia de la Confraternidad Evangélica de Honduras, en su Asamblea anual, al no hacer referencia al hecho histórico de la celebración de los 500 año de la Reforma Protestante, y sobre ese escrito recibí un mensaje del hermano Denis Casco, en el cual me comentaba lo siguiente: “Hace más de 30 años salí de Honduras al mundo y sin duda, la iglesia evangélica, no solo han perdido de vista la invaluable historia de la Iglesia, sino que también entró en la corriente de la Nueva Era que ha destruido la unidad, su fundamento teológico, y que hace una reflexión hermenéutica de la misma fuera de borda. Ahora sí que la política y la iglesia se fundieron en Honduras, y ya no sabemos quién es quién en esa vorágine de poder, fama y culto a la personalidad de sus dirigentes. Tengo gratos recuerdos de aquellos pastores como Mario, Mariano, Arturo, Enrique, Archie, etc.!!!” . Esta reflexión me impacto y mi pensamiento me llevó a ver el hecho de que es imperativo retomar la historia, y volver a las sendas antiguas, proclamando el evangelio de un reino, dentro de otro reino dominado por Satanás (Juan 18:36).
Cuando los muros que nos separan del mundo se derriban para dejar que entren las influencias de mundo, la iglesia se contamina y vamos de cabeza a perder nuestra identidad bíblica, para caer en las garras del liberalismo y el modernismo. Cuando no vivimos en la gracia de Dios, caeremos en la desgracia del mundo. Cuando el mensaje que predicamos gira alrededor del dinero, hemos caído en las garras del diablo, no lo digo yo, lo dijo el apóstol Pablo en 1 Timoteo 6:10.
Es por ello que le pido al Señor para que levante hombres como Martin Lutero, que se enfrente a los poderes dominantes de los fariseos dentro de la Iglesia, para retornar la iglesia a los principios bíblicos. Clamó al Señor para que antes del fin de los tiempos, y del arrebatamiento de la Iglesia podamos realizar una segunda reforma dentro de nuestras iglesias evangélicas, porque de lo contrario, tendremos una iglesia apostata, la cual se prestará para servir al anticristo y sufrirá las consecuencias de su traición a los principio legado por Jesucristo y sus apóstoles.
Es una bendicion esta reflexion hermano Mario, en lo personal me gusta mucho hacer proyeccion social, y el Señor me ha permitido trabajar en una organizacion que promueve proyectos de formacion para iglesias, pero cada vez veo como los principios cristianos van desapareciendo y como los evangelicos vamos perdiendo el amor por la palabra.
Reblogueó esto en Luz para las Naciones Internacional.