Mario E. Fumero
Rom 7:15 «Porque lo que hago, no lo entiendo; ni lo que quiero, hago; antes lo que aborrezco, aquello hago«.
Calvino proclamó la depravación total de la naturaleza humana, como consecuencia del pecado, y la Biblia afirmó que debido al pecado, nuestra naturaleza está viciada (Efesios 4:22), concepto del cual se desprende la doctrina de la depravación total.
El apóstol Pablo hace un análisis profundo sobre esta naturaleza viciada que viven nosotros, y evidencia que en cada uno de los seres humanos no habita el bien (Romano 7:18), y que muchas veces, queriendo hacer lo bueno, recto y justo, terminamos haciendo lo contrario. Es ahí cuando el apóstol exclama que a veces, queriendo hacer el bien, hace lo que no quiere, y sí eso ocurre, es porque el pecado mora en nosotros. Esta expresión evidencia la depravación de la naturaleza del ser humano en su vida espiritual. Es por ello que Jesús afirmó que para poder vencer el pecado que está en nuestros miembros, tenemos que nacer de nuevo (Juan 3:7) y vivir según el Espíritu (Romanos 8:13) el cual es él que nos da vida.
El concepto de nacer de nuevo envuelve el principio del despojo de nuestra naturaleza viciada, a la cual se le llama el viejo hombre (Efesios 2:22), para rendir todo nuestro ser al Señorío d Cristo, y poder vencer el «pecado que vive en nosotros».

