HACIA UNA RECESIÓN

Mario E. Fumero

La situación económica del mundo se complica cada vez más con el Covid 19.  Además, las grandes potencias están confrontando un proceso de calentamiento global tanto climática como económicamente, o sea, una retracción del capital y la producción. Esto es una cadena que lo afecta todo. Si hay desempleo, hay menos capital circulante, y se consume menos. Al consumirse poco, porque no hay para comprar, se produce menos y se reduce las plantillas de las fabricas. Quienes primero sufren las consecuencias son los productos catalogados “superfluo”, tales como la ropa, cosméticos, restaurantes, centro de diversión y los productos no básicos en la alimentación, máxime al colapsarse la economía con restricciones epidemiológicas.

          La gente deja de tomar refrescos, para fabricar con polvo o limones un sustituto. Quiebran los restaurantes, se compra menos ropa y se consume la que se tiene al máximo, y así sucesivamente se va creando una recesión. Esta produce despidos, cierres de tiendas y fabricas, y a su vez, la crisis se agudiza. Es una reacción en cadena, cuyo pronostico es impredecible, y es que la economía, aunque en lo matemático es una ciencia, en lo práctico es un arte variable.

          Es bueno saber que los créditos fáciles colapsan a las personas y los Estados, que cuando se ven en aprieto, acuden a compensar su déficit presupuestario con préstamos y las personas usando las tarjetas de créditos. Los gobiernos resuelven sus déficit pidiéndole prestamos al FMI o al Banco Mundial. Estas medidas atenúan temporalmente el problema, pero con el tiempo dispara un endeudamiento que lleva a imponer políticas impopulares; tales como subir impuestos, reducir los gastos del estado, dejar de dar prestaciones sociales y afrontar una inflación galopante.

          Hemos caído en una vorágine económica caótica, la cual se complica más con las huelgas y demandas saláriales. A más aumento salarial, más aumento de impuestos, y un mayor aumento de la inflación. Este fenómeno inflacionario tiene varias vertientes, es el precio del petróleo, otra el endeudamiento y una tercera, la crisis económica de los países ricos, que repercute en los pobres con más agudeza. Es por ello que alguien dijo que cuando la economía norteamericana sufre de gripe, la nuestra padece de tuberculosis.

          ¿Qué hacer  frente a esta  recesión económica? Tenemos el sabio consejo del Apóstol Pablo cuando le dice a los cristianos de Roma: No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; Porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley “(Romano 13:8)  La realidad de la crisis económica actual radica en la falta de una administración correcta. Quizás la ignorancia y el deseo de solventar los problemas por el camino más fácil es lo que ha dado lugar a la recesión presente. El deseo de hacer las cosas fáciles genera comodidad que después redunda en calamidad. ¿Y como es posible? Pues el uso de tantos objetos desechables aumenta la contaminación ambiental y hace mas fácil, pero a la vez más cara la vida. Por ejemplo: en vez de comprar pañales de algodón, para los bebes, compramos los desechables, en vez de comprar la leche en botella de cristal (como antes), la compramos en plásticos, en vez de devolver los envases de vidrio, los compramos no retornables. ¿Qué ocurre? Llenamos la tierra de plástico y basura de desechos innecesarios, y además encarecemos la vida. 

Cuando hay crisis debemos regresamos a los esquemas antiguos que es el menos consumo, y, por lo tanto, menos producción. Esto conlleva más desempleo y menos circulante.

          Es necesaria una política educativa de ajuste. Vivir de frente a la realidad y ajustarnos a lo que tenemos. Los sindicatos no pidan más de lo que se pueda. Los trabajadores produzcan más para evitar el colapso económico. No gastemos en cosas que no son necesarias, y evitemos por todos los medios caer en la trampa del crédito.

          Los gobiernos deben dar el ejemplo. Hablar de austeridad y derrochar los recursos en cosas vanas no da autoridad para demándale al pueblo sacrificios. Hay una lógica que como bomba de tiempo dispara el detonante de la violencia social y es la injusticia salarial. ¿Cómo es posible que un funcionario de alta categoría gane 20 a 50 veces el salario de un empleado de abajo? Si hay crisis, el ejemplo empieza en casa, y debe comenzar arriba. Lo contrario seria la “ley del embudo”. Si queremos vencer la recesión, tenemos que sacrificarnos todo, de lo contrario, se cumplirá aquella sentencia que apareció en un congreso de la FAO donde había un poste patético de un niño hambriento, que extendía la mano a una mesa llena de suculentos manjares, en donde los ricos comían opíparamente, sin mirar estos al niño raquítico, y arriba había un rotulo que decía “O tú compartes tu abundancia conmigo, o yo compartiré mi miseria contigo” ·

mariofumero@hotmail.com

http://www.contralaapostasia.com

Acerca de unidoscontralaapostasia

Este es un espacio para compartir temas relacionados con la apostasia en la cual la Iglesia del Señor esta cayendo estrepitosamente y queremos que los interesados en unirse a este esfuerzo lo manifiesten y asi poder intercambiar por medio de esa pagina temas relación con las tendencias apostatas existentes en nuestro mundo cristiano.
Esta entrada fue publicada en Economia, Mario Fumero. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.