LA ORACIÓN DEL PADRENUESTRO (II)

Ángel Bea

Continuamos con la exposición de la oración del Padrenuestro. El pasaje a leer, que cada uno puede buscar en su Biblia, se encuentra en el Evangelio de S. Mateo, 6.5-15. En el citado pasaje Jesús nos habla sobre la oración y se encuentra en el contexto del llamado Sermón del Monte.

En el Sermón del Monte, el Señor Jesús abordó casi todos los temas relacionados con el carácter y la vida del cristiano aquí en la tierra. Entre otros, trató el tema de la oración y, en contraste con las erróneas concepciones de la oración que practicaban los religiosos de su tiempo, Jesús enseñó a sus discípulos acerca de las motivaciones, lugar, forma y el contenido esencial de la oración que, estaría determinada principalmente, por la oración del Padrenuestro.

La oración del Padrenuestro no fue dada para ser repetida y repetida a modo de mantra religioso sino para decirla teniendo en cuenta las motivaciones, el contenido y, como en todo en la vida cristiana, la fe a la hora de acercarnos a Dios. Así que la oración del Padrenuestro sería tomada por sus discípulos como el modelo o patrón de todas las oraciones de todo cristiano de todos los tiempos.

1.- En primer lugar, en relación con la oración, Jesús apuntó hacia las motivaciones. (Mat.5.5) Jesús señaló el error de hacer de la oración el medio para ser reconocidos como gente piadosa por los demás. A veces leemos alguna parte de la Biblia como esta, y no nos damos cuenta de cómo nos puede afectar a nosotros. Porque una de las cosas que afectan nuestras palabras y actuaciones son las motivaciones con las cuales las llevamos a cabo. Y mucho más, cuando nos presentamos delante de el para orar. Por ejemplo, ¿Cuántas veces hemos oído oraciones en público que más

bien  parecían “sermones” para los demás, o que más bien parecían que estaban destinadas a enviar “mensajitos” a algunos de los oyentes o,sencillamente, quedar bien ante la asamblea? En palabras del Señor, dichas oraciones no tienen validez alguna. Él dijo: “De cierto os digo que ya tienen su recompensa”. La receta que dio el Señor contra las falsas motivaciones que sustentan oraciones así, fue esta: “Mas tú, cuando ores, entra en tu cuarto y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público” (Mat.6.5).

Es preferible callarse en público e ir delante de Dios el Padre a solas, con Él; porque allí las motivaciones son descubiertas, la mente se clarifica y el corazón se purifica. Allí sólo Él es nuestro interlocutor, sin testigos de ninguna clase; y a Él no podemos engañarle con meras palabras (Hebreos 4.12-13). Pero Jesús no solo apuntó a las motivaciones sino también señaló el lugar principal donde debe tener lugar la oración: Nuestro lugar personal y secreto; este determinará la oración hecha en público.

2.- En segundo lugar, el Señor apuntó hacia el contenido de las oraciones. Jesús denuncia esa forma de pensar que pretende que por usar vanas repeticiones, por eso serán oídos del Padre. Él dijo: “Y orando, no uséis vanas repeticiones como los gentiles que piensan que por su palabrería serán oídos”. (Mat.6.7). Si queremos comunicarnos con alguien, es lógico que usemos de palabras con significado que determinarán el contenido de nuestro mensaje. La oración del cristiano no es una especie de mantra religioso por medio del cual, a base de repetir vamos a tratar de conseguir el favor de Dios. Aunque de mantras sabemos poco los españoles, los que hemos sido religiosos, sí sabemos de lo que es repetir y repetir oraciones hechas. Recuerdo cuando era un joven religioso y me ponía a rezar. Dado que cuando confesaba mis pecados al sacerdote me ponían de penitencia rezar un determinado número de oraciones, a mí me parecía que cuantas más veces repetía la oración, más mérito tenia.

Sin embargo no encontramos nada de eso en las Escrituras que lo avale. Pero la oración tampoco es un ejercicio psicológico con el que pretendamos convencernos de aquello que repetimos. Nada más lejos de la realidad. La Revelación de Dios nos ha sido dada con la finalidad de conocer a nuestro Interlocutor y tenemos que tener mucho cuidado en dar el debido respeto a aquel a quien nos dirigimos. Ya de antiguo, se escribió lo siguiente, que aun en su propio contexto, viene muy a cuento, por la solemne advertencia que se deriva del texto: “Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los  necios; porque no saben que hacen mal. No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras” (Ecl. 5.1-2) Sirva esta segunda exposición para llevarnos a la reflexión sobre la oración y, en especial sobre la oración del Padrenuestro y su uso como oración modelo y patrón de todas nuestras oraciones. ¡Amén!

Acerca de unidoscontralaapostasia

Este es un espacio para compartir temas relacionados con la apostasia en la cual la Iglesia del Señor esta cayendo estrepitosamente y queremos que los interesados en unirse a este esfuerzo lo manifiesten y asi poder intercambiar por medio de esa pagina temas relación con las tendencias apostatas existentes en nuestro mundo cristiano.
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