5 LA ORACIÓN DEL PADRENUESTRO (V)

Ángel Bea

“Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo…” En la anterior exposición decíamos que el reino de Dios llegó con la persona del Señor Jesucristo y que, por tanto, el reino de Dios está entre nosotros.

Además, añadimos que el reino de Dios en la tierra se establece, en principio, en los corazones de aquellos que reciben al Señor como Salvador y Maestro de sus vidas. También dijimos que las señas de identidad del Reino de Dios deben asemejarse a la “agenda de Jesús” mostrada al comienzo de su ministerio, en la sinagoga de Nazaret: El anuncio de las buenas nuevas del Evangelio; Sanar a los rotos de  corazón; poner en libertad a los cautivos; dar vista a los ciegos espirituales y poner en libertad a los oprimidos (Lc. 4.18-19). Dicho de otra manera, una mirada atenta a cuáles deben ser las señas de identidad de ese reino entre nosotros, nos lleva a resumirlas en términos de verdad, de justicia, de misericordia, como causas; la humildad y la fe, como requisitos; y la paz y el gozo, como los resultados. (Basta ver las citas bíblicas siguientes: Miq.6.8,33; Mat. 23.23; Ro.14.17) Entonces, no se nos escapa el hecho de que será el pueblo de Dios formado por los que han experimentado el hecho del reino divino en sus vidas, que tiene (¡tenemos!) la ineludible responsabilidad de expresar aquellas señales del reino a las cuales hemos hecho referencia. Y el pueblo de Dios, en el Nuevo Testamento, es la Iglesia.

Por tanto, allí donde se encuentre una grande o pequeña porción de la Iglesia Universal, allí debe expresarse el reino de Dios, en los términos en los cuales

lo hemos descrito más arriba. Evidentemente, esa declaración nos lleva a

preguntarnos ¿Cómo se lleva a cabo eso?.

En mi apreciación eso es algo que sucede de forma espontánea. Tener a Cristo, es ser cómo él; y ser como Cristo es pensar como él, es tener su misma visión, es hablar como él habló y, vivir acorde a como él vivió. ¡Y Él vivió para los demás!

Bien dijo Dietrich Bonhoeffer: “la iglesia sólo existe para los demás”. Esta es

una forma de traducir el segundo mandamiento: “amarás… al prójimo como a ti

mismo”. Porque el primero (“Amar a Dios sobre todas las cosas…”) se supone

que se ha entendido y se le da lugar desde el momento que la persona se entrega a Cristo de corazón y se dispone para hacer su voluntad.

1.- El reino de Dios siempre comienza con pequeñas acciones con

aparente poca importancia. (La parábola de la pequeña semilla; la masa leudada; la siembra en el campo, etc.) Pero en todas se ve un desarrollo que al final contrasta con el pequeño principio. Es como aquellas historias antiguas que hoy conocemos por la intervención de “personajes secundarios” (La historia de Nahaman, p.Ej.). Por tanto, no menospreciemos los pequeños comienzos, pues podrían ser el principio de algo grande.

2.- El Reino de Dios se establece allí donde las personas lo reciben. No importa la clase social, el sexo, el cargo que ejerce cada uno en la sociedad, etc. Ninguna de las esferas de la sociedad, debería ser ajena a la influencia del reino de Dios, en la que los hijos de Reino puedan desempeñarse siempre que no comprometan los principios del reino.

A.- Podríamos poner muchos ejemplos acerca de las evidencias de cómo el reino de Dios puede influir en la sociedad, de varias maneas. Leía hace años un librito, de Jhon Piper, que trataba sobre el parlamentario inglés del Siglo XVIII. Decía así:

“Contra grandes obstáculos, William Wilberforce, cristiano evangélico y miembro del Parlamento inglés, luchó por la abolición de la trata de esclavos africanos y contra la propia esclavitud, hasta que ambas instituciones fueron convertidas en ilegales dentro del Imperio Británico” “Esta batalla consumió casi cuarenta años de su vida” y perjudicó seriamente su salud. Además, al morir se descubrió que tenía unas sesenta asociaciones que trabajaban para la transformación de la sociedad, en las mejoras de las prisiones, de atención a los niños abandonados, contra el maltrato de los animales, etc. Dada su posición de parlamentario inglés, Wilberforce, hizo cuanto pudo para “crear estructuras de justicia” y lo hizo no de una manera fría y por el sentido del deber, sino con un corazón misericordioso. Misericordia y verdad, justicia y paz, deben ir de la mano en el corazón de todo cristiano -Sal.85.10- (John

Piper, “Maravillosa gracia”) William Wilberfoce no se limitó a dar limosna, de lo que le sobraba, sino quefue más allá, creando estructuras de justicia y de amor. Todo hijo del Reino de Dios es llamado a colaborar en esa altísima tarea.

B.- Conocemos al hijo de un misionero, que junto con su equipo y corriendo serios peligros, se dedican a rescatar chicas que están en las garras de la mafia de países orientales y que las usan en la prostitución. A partir de ahí, hacen todo lo posible por facilitar a dichas jóvenes, “estructuras de justicia y amor” al amparo de las cuales pueden vivir con dignidad. Un ministerio parecido desempeñan organizaciones como Compassiom, en países donde los niños no tiene ningún derecho: Ni al cariño y al afecto de unos padres, ni a un techo digno que los cobije, ni a la educación y leyes que les protejan de los abusos y el comercio sexual (y del turismo sexual de muchos de los ricos de occidente, con coches, mansiones, trajes y corbatas caros) ni contra la droga, ni ningún otro tipo de corrupción. Como animales abandonados, la calle es el hogar de miles y miles de niños y niñas.

Evidentemente ese no es el reino de Dios. Pero a través de los “hijos del reino” muchos conocen la justicia, la misericordia, la fe, la humildad, el gozo y la paz del reino. Y de “Operación Rescate” podríamos decir algo parecido. Allí donde se predica el mensaje del Reino de Dios y se recibe, allí se establece el reino de Dios y se produce libertad, perdón, paz y gozo en el corazón; y Dios le proporciona a esa persona el privilegio de ser un hijo, una hija con un futuro brillante.

C.- Allí donde se estableció un centro de rehabilitación para jóvenes adictos a la droga y se les predicó el Evangelio, allí se estableció el reino de Dios en los corazones de centenares de miles de jóvenes que, conocieron la libertad que nunca habían tenido, el perdón de sus pecados, la restauración de sus vidas y, en muchos casos, la reconciliación y recuperación de sus familias.

D.- Sea en el hospital ante la cama de un enfermo, en la Prisión donde hay muchos hambrientos del Palabra de verdad y de vida de Dios, allí el reino de Dios es recibido con gana, porque hay muchos quebrantados de corazón, necesitados de perdón y de verdadera libertad y con hambre de Dios y de una verdadera vida.

E.- Pero también hemos de pensar en la esfera de los religiosos. Las iglesias, sean “evangélicas” o “católicas”. A veces la religión no es sino la vestimenta que oculta grandes necesidades espirituales o incluso grandes pecados. El reino de Dios es también para aquellos religiosos que no han sido alanzados todavía, como el religioso Nicodemo.

F.- El reino de Dios, también es “sembrado” en el corazón de los niños en las familias y en las escuelas dominicales. Lo hemos visto los que tenemos hijos y llevamos un largo recorrido en ese camino familiar y eclesial. Aunque quizás todavía tengamos que seguir orando porque el reino de Dios se establezca en los corazones de algunos en los cuales todavía no ha encontrado arraigo. Podríamos seguir mencionando otras áreas de trabajo, porque con lo mencionado nos quedamos muy cortos. Pero cada uno sabe lo que hace y dónde lo realiza. El Señor sabe todo y no dejará sin recompensa al que trabaja fielmente para Él.

Solo añadir para concluir, cuando oramos: “Venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como es hecha en el cielo.”, estamos deseando y trabajando para que el reino de Dios corra y se establezca en muchos corazones, y se extienda; pero a la vez estamos orando para que el Reino de Dios se manifieste de manera completa, cuando el Señor Jesucristo venga en gloria, para poner fin a tanto desatino humano. ¡Amén!

Acerca de unidoscontralaapostasia

Este es un espacio para compartir temas relacionados con la apostasia en la cual la Iglesia del Señor esta cayendo estrepitosamente y queremos que los interesados en unirse a este esfuerzo lo manifiesten y asi poder intercambiar por medio de esa pagina temas relación con las tendencias apostatas existentes en nuestro mundo cristiano.
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