«El mundo de la mentira es un mundo de esclavitud, mientras que la verdad nos hace libres» – A menudo se dice que las “mentiras blancas” son compasivas. Y muchos pecados se justifican aludiendo al hecho de que son “necesarios” para alcanzar ciertos fines. En otras palabras: el fin justifica los medios. La mentira, bajo esta perspectiva, puede ser relativamente buena o medianamente mala. Pero la Palabra de Dios son absolutas. “No mentirás” es una orden, no una sugerencia ni una frase puesta a discusión. Ya que la mentira es un poder destructor para quién, miente como para el que la cree.
– La primera mentira relacionada con los seres humanos fue perpetrada por Satanás, en el Huerto del Edén. Satanás es el Príncipe de la Mentira, hacedor de toda maldad, quien “ronda como león rugiente buscando a quien devorar” [1 Pedro 5:8-9]. El engaño del diablo fue exitoso, y el costo de la caída de Eva y Adán fue ser expulsados del Paraíso, además de otras muchas consecuencias.
La Biblia habla en muchas ocasiones del espíritu de mentira, el cual conduce a los hombres, y en ocasiones a algunos falsos profetas, a decir mentiras con diferentes propósitos, pero todos tienen por motivación el egoísmo, pues la persona que miente busca obtener algo:
1 – El mentiroso dice lo que es falso, para que le tengan lástima o para que le ayuden.
2 – El mentiroso exagera para hacer creer a otros más de lo que es, o minimiza para hacer ver lo malo como no tan malo.
3 – El mentiroso quiere deshacerse de la consecuencia de sus acciones pecaminosas, y no pagar el precio.
4 – El mentiroso cree ser más listo que otros, y abusa de los crédulos; pero no es sino la falta de integridad lo que lo coloca temporalmente sobre otros, hasta que su mentira es descubierta y su reputación se viene abajo.
5 – El mentiroso no calcula bien y piensa que no será descubierto, pero tarde o temprano la verdad siempre sale a la luz.
6 – El mentiroso dice falsedad para manipular a otros y sacar algún provecho, aunque éste no sea lícito.
7 – El mentiroso va envolviéndose en una red de la que es muy difícil salir si no se detiene a tiempo. Nadie podrá poner su confianza en él, pues no será digno de ella.
Efesios 4:22-25 dice: “Se les pidió despojarse del hombre viejo al que sus pasiones van destruyendo, pues así fue su conducta anterior, y renovarse por el espíritu desde dentro. Revístanse, pues, del hombre nuevo, el hombre según Dios que él crea en la verdadera justicia y santidad. Por eso, no más mentiras; que todos digan la verdad a su prójimo, ya que todos somos parte del mismo cuerpo”.
El único espíritu de verdad es el Espíritu de Dios, el cual nos fue prometido por Jesucristo antes de ser crucificado, y que llegó como un viento poderoso el día de Pentecostés, allá en Jerusalén, donde los discípulos y los primeros cristianos esperaban pacientemente como les había sido ordenado por el Señor.
– Aquellos que hablan mentira no tienen el respaldo de Dios, sino que abren la puerta al enemigo, quien siempre está listo para entrar, robar, destruir y matar. En cambio, aquellos que son guiados por el espíritu de verdad viven bajo la protección y el respaldo del Altísimo, quien es fiel y amante de aquellos que le adoran en espíritu y en verdad.
El mundo de la mentira es un mundo de esclavitud, mientras que la verdad nos hace libres. Los mandatos divinos de Dios. Las Escrituras, son para nuestra protección, y al quebrantarlas nos trae multitud de sufrimientos. La mentira destruye, la verdad edifica. Una persona que miente vive angustiada constantemente, no tiene un buen descanso; pero aquel que dice verdad tiene paz en su corazón y duerme confiado.
𝐒𝐀𝐓𝐀𝐍𝐀𝐒 𝐄𝐒 𝐄𝐋 𝐏𝐀𝐃𝐑𝐄 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐌𝐄𝐍𝐓𝐈𝐑𝐀 𝐘 𝐒𝐔𝐒 𝐇𝐈𝐉𝐎𝐒, «𝐋𝐎𝐒 𝐌𝐄𝐍𝐓𝐈𝐑𝐎𝐒𝐎𝐒»
– Hablando a un grupo de judíos, Jesús dice: «Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira» [Juan 8:44].
Satanás es el «padre de las mentiras» ya que él es el primer mentiroso. Él es el «padre» de las mentiras, así como Martín Lutero es el «padre» de la Reforma y Robert Goddard es el «padre» de los cohetes modernos. Satanás le dijo la primera mentira de la historia a Eva, en el Jardín del Edén. Después de plantar semillas de duda en la mente de Eva con una pregunta [Génesis 3:1], contradice directamente la Palabra de Dios diciéndole, «No moriréis» [Génesis 3:4]. Con esa mentira, Satanás condujo a Eva a la muerte; Adán la siguió, y así lo hemos hecho todos.
– La mentira es el arma principal de Satanás contra los hijos de Dios. Utiliza la táctica del engaño para separar a las personas de su Padre celestial. Algunas de sus mentiras más comunes son: «no hay Dios», «no le importas a Dios», «no se puede confiar en la Biblia» y «tus buenas obras te llevarán al cielo». El apóstol Pablo nos dice que Satanás «se disfraza como ángel de luz» [2 Corintios 11:14], de modo que lo que dice y hace suene bien y parezca razonable. Sin embargo, esto no es sino una falsa apariencia.
Muchas de las mentiras de Satanás tienden a prolongarse. Esto es lo que pasó cuando Eva convenció a Adán para que también creyera en la mentira del diablo. Hoy en día, Satanás todavía usa a la gente para que divulgue sus mentiras a su favor. Con frecuencia, utiliza a personas carismáticas pero necias para fomentar sus engaños, como en el caso de las falsas religiones y sectas.
– La Biblia tiene muchos nombres para que Satanás describa su verdadera naturaleza, entre ellos «el príncipe de este mundo» [Juan 12:31], «el dios de este siglo» (2 Corintios 4:4), «tentador» [1 Tesalonicenses 3: 5], «engañador» [Apocalipsis 12:9], «Beelzebú» [literalmente, «señor de las moscas», el gobernante de los demonios, en Mateo 10:25], y «Belial», que significa «malvado» [2 Corintios 6:15].
Satanás ha dicho más mentiras a más personas [e incluso a los ángeles] más que ningún otro ser creado. Su éxito depende de que la gente crea en sus mentiras. Ha usado todo, desde «pequeñas mentiras piadosas» hasta enormes y flagrantes falsedades para engañar a la gente. Adolfo Hitler, un hombre que aprendió a mentir efectivamente, una vez dijo, «Si dices una mentira lo suficientemente grande y la dices con frecuencia, te la creerán».
El tema no es si una mentira es pequeña o grande. Las mentiras son del diablo. Si has mentido, aunque sea una vez, a menos que te arrepientas, no entrarás en el cielo. La Biblia enseña que todos los mentirosos «tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre». Esta es la segunda muerte» [Apocalipsis 21:8]. Proverbios 19:9 también enseña que todo aquel que mienta será castigado.
Para evitar este destino, obedece Marcos 1:15: «Arrepentíos, y creed en el evangelio». Jesús es la verdad [Juan 14:6], y nunca te engañará. Los que se acerquen a Jesús en fe comprobarán lo siguiente: «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» [Juan 8:32].
Tomado de TEOLOGIA BÍBLICA